El 24 de marzo de 1976 comenzó el último golpe de
estado en la Argentina. Este golpe derrocó al gobierno constitucional de la
presidenta María Estela Martínez de Perón. Como reemplazo del gobierno derrocado, se
estableció una Junta militar, liderada por el Teniente General Jorge Rafael
Videla, el Almirante Emilio Eduardo Massera y el General Orlando Ramón Agosti. La Junta tomó el
nombre de Proceso de Reorganización Nacional para llamar el golpe de estado.
La dictadura continúo hasta 1983.
Durante la dictadura se estableció una censura de todo
tipo de producción científica, cultural, política o artística. Se prohibieron
ciertos textos de estudio en las escuelas, libros infantiles como, “Un elefante ocupa mucho espacio” de Elsa
Bornemann, textos María Elena Walsh o algunos textos de Antoine de Saint- Exupéry
el escritor del principito. También a
muchos, periodistas, cantautores, escritores, artistas, dramaturgos, músicos,
etc. Dentro de la censura se prohibieron las reuniones numerosas de gente por
miedo a que expresaran disconformidad o desacuerdo político con el gobierno.
El surf era un deporte considerado como una amenaza
durante la dictadura debido a la gran cantidad de gente que lo practicaba y la
cultura que conllevaba. El surf es una filosofía de vida con su propio lenguaje,
moda y estilo de vida. En música se puede destacar lo que se llama surf músic
con bandas conocidas como Dick Dale y The Beach Boys. Los surfistas acampaban
en la playa durante semanas con sus autos, sus guitarras, sus asados y sus
fiestas. También tienen su manera única de vestir que es llamativa.
Para saber más sobre el surf durante la dictadura le
pregunte a Fernando Aguerre que fue un participante activo del surf y el
movimiento en contra de su censura. En 1978 fundó la primera Asociación Argentina
de Surf a pesar de una prohibición del deporte, logrando el levantamiento de la
prohibición de surfear en 1979.
“En 1977, el
intendente prohibió el surf en Mar Del Plata. Después del Mundial (de fútbol)
viajamos a Río de Janeiro con mi viejo y veo una movida impresionante del surf,
me compré una súper 8 y lo filmé. Al regresar comencé a pasar la película en
casa de amigos, contándoles lo que se vivía allá, cómo era. Pero me di cuenta
de que la difusión no alcanzaba para levantar la prohibición, había que formar
una asociación de surf. Entonces hicimos un campeonato en el Torreón, conmigo
como presidente de la primera Asociación Argentina de Surf, que no estaba
registrada y me lleve el equipo de DJ que no me dejaban usar…”
“Ese día cuando
todos se fueron a descansar a casa, me senté en la Olivetti de mi viejo en su
estudio de abogacía y escribí el boletín. Al poco tiempo salió un artículo en
La Nación que decía: Mar del plata tiene un nuevo título, capital nacional del
surf. Fuertísimo. Al final salió un decreto que marcaba zonas de surf libre
todo el día y zonas con horarios restringidos…”
Después de todo no se levantó la censura del todo
pero se les permitió practicar el deporte de una manera que creían que era
controlada.
Buen tema Carla. La última dictadura cívico-militar intentó imponer un estilo de vida "normalizado" fuertemente marcado por una moral represiva, no solamente en términos políticos, sino en términos de música, literatura, artes, sexualidad.
ResponderEliminarEs lo que suele suceder en diferentes sociedades para las que el "orden" y la "moral" pasan a ser centrales. Las culturas "alternativas" que promueven costumbres que "amenazan" cierta identidad que entienden como "pura", son atacadas, censuradas, prohibidas, mal vistas, etc.
Me pregunto, para los amantes del "orden" de hoy, ¿quiénes serán los que ocupan el lugar de los surfistas de ese momento? Hoy el surf es, al contrario, algo muy bien visto en clases sociales medias y altas.