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martes, 15 de noviembre de 2016

Sin grises

Luego de la visita de Luis comprendí que hay una costumbre o tendencia de parte de la sociedad y el estado de estandarizar, normalizar, apaciguar, domar, sedar, tranquilizar a los individuos. Lo hace mediante el colegio, mediante el sistema penitenciario, escusándose con el concepto de disciplina, orden, ley, moral, ética. 
El colegio estandariza, enseñándole a sus estudiantes lo mismo, de la misma manera, evaluándolos independientemente de sus capacidades y maneras de aprender. Desde que somos chiquitos nos dicen que todos somos diferentes y que debemos respetar esto, pero sin embargo las prácticas demuestran que a la hora de ser evaluados y educados, somos todos lo mismo. 
Lo mismo pasa con el sistema penitenciario. Una misma pena, un mismo castigo para todos los crímenes. Con ligeras diferencias en cuanto a las condenas, todo aquel que delinque, debe ir a la cárcel. Sin embargo, este fenómeno se resguarda y se fundamenta con conceptos como "justicia", "seguridad social", "rehabilitación", "resocialización". 
Hay una notable similitud entre estos dos casos. Una dificultad por parte de la sociedad y el estado de posicionarse en casos más complejos, mas específicos, mas personales. Es mucho más fácil medir todo con la misma vara. Es mucho más fácil meter todo en la misma bolsa. Es mucho más fácil tomar una posición totalitaria y autoritaria que dictamine si las cosas están bien o mal. Blanco o negro, sin grises.

martes, 20 de septiembre de 2016

Justicia por mano propia

Recientemente se destacaron en la prensa dos casos de justicia por mano propia, la de un médico en San Martin, y la de un carnicero en Zarate. Estos dos casos que se mediatizaron, generaron una discusión sobre si estos actos (que terminaron con la muerte de los disparadores del conflicto) son legítima defensa o si son exceso de la misma.


En una sociedad medianamente normal, es decir, donde las personas se pueden sentir seguras y que la justicia funcione, estos actos no deberían ocurrir, ya que para eso está la policía para prevenir, y la justicia para penalizar los delitos. En ambos casos previamente mencionados las victimas que se transformaron en victimario ya habían sufrido intentos de robo en los cuales el delincuente no había sido castigado, y en una mezcla de miedo y furia tomaron la decisión que generó esta discusión. En ambos casos surgieron grupos de apoyo hacia los “protagonistas” por haber “hecho justicia por mano propia”, un apoyo generado por el hartazgo y el miedo a los numerosos casos de inseguridad.

Para finalizar, en mi opinión, las situaciones que mencioné no son un exceso de legítima defensa porque sus vidas no estaban en peligro, sino que ambos delincuentes estaban intentando escapar, pero en otros casos en las cuales la vida de la víctima está en riesgo no debería ser penalizado y ser considerado como legítima defensa. A menos de una semana del caso del médico de San Martin, un comerciante fue asaltado en su local, y el ladrón amenazo con una pistola a su esposa, el dueño del local disparo y mato al ladrón, y la justicia lo dejo en libertad ya que se probó que había sido en legítima defensa.

Abajo dejo los links de las tres noticias mencionadas en la nota: