niños que viven en prision con sus madres
En Argentina, las mujeres que tienen hijos y
caen presas pueden ir con ellos a la cárcel y vivir ahí hasta que se termine la
pena o hasta que los chicos cumplan cuatro años. Para que el vínculo madre-hijo
no se rompa. Porque muchas veces, afuera de la cárcel, no hay padres, abuelos
ni vecinos que puedan hacerse cargo.
Según la Comisión Provincial por la Memoria, en
la Provincia de Buenos Aires en 2012 había 1209 mujeres presas, 17 de ellas
estaban embarazadas y 74, detenidas con sus hijos que sumaban 91 niños y niñas.
Las opciones son dos: dependencias para madres de cárceles comunes o en
unidades de madres, diseñadas igual que cualquier otra, con las mismas rutinas,
las mismas ventanas, las mismas prohibiciones. Pero con chicos y bebés.
Las condiciones en las que se encuentran estas
“unidades de madres” son fatales. El sistema sanitario no funciona como
corresponde, en las celdas entran bichos, no hay limpieza adecuada y esto lleva
a el peligro de contagiarse de enfermedades por poca higene.
– Pero
sé que hay muchas madres que no pueden dormir. Que a la noche tienen que
taparle los oídos a los chicos para que no les entren las cucarachas.
Al leer este articulo de una pagina web llamada
“pensamiento penal” (organización no gubernamental, integrada por personas
vinculadas al sistema penal interesados en la promoción de los derechos humanos
en su mas amplio espectro) del año 2014, se me vinieron a la cabeza varios
cuestionamientos.
Si los primeros cinco años de vida de los niños
son fundamentales para el desarrollo de su personalidad y de su psiquis, ¿esta
bien que estos años los pasen dentro de este hábitat? ¿cuáles son los valores
que se les transmiten día a día? ¿cuál es la capacidad de juego que tienen?
¿pueden crecer sanamente en un espacio tan vicioso? Me parece entendible y
razonable que no se pierda el contacto con la madre o con el padre, pero, ¿es
necesario que vivan adentro? Sin embargo, se les esta dando un ejemplo de vida
que no es la adecuada. Donde los niños son criados en un lugar en donde sus madres
están encerradas, no muy bien tratadas, y esto pasa a llamarse “normal” para
ellos. Las madres están allí por cometer un delito, por haber roto la ley y
hacer algo que esta mal; pero por esa razón, sus hijos no tienen porque pagar
también por los errores de sus madres. No tienen porque pasar por lo mismo que
ellas. Aquí es donde surge el concepto de “familias sustitutas”, que son
familias que estas dispuestas a acoger a los niños nacidos de mujeres presas y
criarlos hasta que sus madres terminen de cumplir su condena. Brindándoles todo
el amor necesario y valores para que crezca sanamente. Durante este periodo,
las familias pueden seguir llevando a los niños a visitar a sus mamas en las cárceles,
permitiendo que el vinculo no se corte. Esta, en mi opinión, crea la mejor solución
para darle a esos niños la posibilidad de tener una vida mejor.