Recientemente
se destacaron en la prensa dos casos de justicia por mano propia, la de un médico
en San Martin, y la de un carnicero en Zarate. Estos dos casos que se
mediatizaron, generaron una discusión sobre si estos actos (que terminaron con
la muerte de los disparadores del conflicto) son legítima defensa o si son
exceso de la misma.
En
una sociedad medianamente normal, es decir, donde las personas se pueden sentir
seguras y que la justicia funcione, estos actos no deberían ocurrir, ya que
para eso está la policía para prevenir, y la justicia para penalizar los
delitos. En ambos casos previamente mencionados las victimas que se
transformaron en victimario ya habían sufrido intentos de robo en los cuales el
delincuente no había sido castigado, y en una mezcla de miedo y furia tomaron
la decisión que generó esta discusión. En ambos casos surgieron grupos de apoyo
hacia los “protagonistas” por haber “hecho justicia por mano propia”, un apoyo
generado por el hartazgo y el miedo a los numerosos casos de inseguridad.
Para
finalizar, en mi opinión, las situaciones que mencioné no son un exceso de legítima
defensa porque sus vidas no estaban en peligro, sino que ambos delincuentes
estaban intentando escapar, pero en otros casos en las cuales la vida de la víctima
está en riesgo no debería ser penalizado y ser considerado como legítima
defensa. A menos de una semana del caso del médico de San Martin, un
comerciante fue asaltado en su local, y el ladrón amenazo con una pistola a su
esposa, el dueño del local disparo y mato al ladrón, y la justicia lo dejo en
libertad ya que se probó que había sido en legítima defensa.
Abajo
dejo los links de las tres noticias mencionadas en la nota: