domingo, 18 de septiembre de 2016

La Infancia diagnosticada

La infancia diagnosticada



Los mecanismos escolares guardan la pretensión de ingresar a los estudiantes en una carrera hacia el saber marcada por el estudio, los exámenes y la producción personal y grupal. Dicho proyecto posee numerosas consecuencias, muchas de ellas consideradas valiosas por quien escribe esta nota. Sin embargo, me propongo hablar de una consecuencia de dicha carrera que considero una violación de los derechos de la infancia. 
Desde comienzos de la década de los años 90, han comenzado a proliferar diagnósticos de TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad). Dichos diagnósticos coincidieron con un aumento en la producción de la droga usualmente aconsejada aplicar en dichos casos: la ritalina.  De acuerdo con el informe de las Naciones Unidas sobre sustancias sicotrópicas del año 2008, la producción de ritalina a nivel mundial aumentó de unas 2,8 toneladas en 1990 a unas 38 toneladas en 2006. 
Los casos donde el discurso médico encuentra "necesaria" la aplicación de la droga, son de los más variados y distan de poseer un criterio unificado que permita confiar en los diagnósticos. En su blog “A cientista que virou mãe”, la bióloga brasilera Ligia Moreiras Sena narra un caso relatado por el pediatra Daniel Becker sobre una paciente: “Ella había tenido un problemita en la escuela, algo así como una mala nota en una prueba de matemática, y por causa de eso, fue sometida a una evaluación en el “instituto de Psicología noseque”- él no menciona el nombre, donde fue recomendado el uso urgente de Ritalina. (…) El médico también recuerda que por detrás de eso también hay intereses comerciales, y que evidencia una actitud actual de la sociedad, que es la de querer resolver un problema generando más problemas"
Con respecto a la Ritalina aconsejada a aplicar, la Dra. Maria Aparecida Affonso Moysés escribe para la revista Portal UNICAMP que se trata de una droga aplicada con el objetivo de “mejorar la concentración, disminuir el cansancio y acumular más información en menos tiempo”. Todo lo que “supuestamente” debe tener un niño ideal de nuestras escuelas.
Reponemos los datos para dar cuenta del mecanismo hipócrita que tenemos ante nosotros: a partir de postular niños sabios-que-aprueban y niños no-sabios-que-reprueban, se busca patologizar al que no sabe o no presta atención (diagnóstico de TDAH) y medicalizarlo (ritalina) para insertarlo en el régimen de híper productividad escolar (momento previo de la híper productividad capitalista). Entiendo dicha tendencia masiva como una violación a los derechos de la infancia que sólo busca anular las diferencias existentes entre los diferentes procesos de aprendizaje sin respetar las particularidades que cada niño trae consigo, ni permite  el desenvolvimiento de de cierta infancia que sencillamente posee menos atención que una persona adulta, y mayor tendencia a la actividad. Creo que valorar dichas características, en lugar de “resolverlas” con fármacos, nos permitirá construir una educación más plural y con mayores posibilidades de resolver apropiadamente las problemáticas con las que cada niño debe lidiar en su recorrido por la escuela.  

FUENTES:
-  ONU. International Narcotics Control Board. Psychotropic substances: statistics for 2006: assessments of annual medical and scientific requirement. 2008. Disponible en: https://www.incb.org/documents/Psychotropics/technicalpublications/2008/psy_2008.pdf

Portal Unicamp, “A ritalina e os riscos de
um 'genocídio do futuro”, disponible en:
http://www.unicamp.br/unicamp/noticias/2013/08/05/ritalina-e-os-riscos-de-um-genocidio-do-futuro


 



No hay comentarios:

Publicar un comentario