martes, 20 de septiembre de 2016

La Danza Contemporánea - Modernidad Líquida

Dado que mi tema del trabajo de investigación es "La danza contemporánea como expresión de la modernidad líquida", en esta nota haré una breve introducción. La idea de mi trabajo plantea que existe una relación entre la manera en la que se manifiesta el arte contemporáneo, en este caso la danza, y la manera en la que ha cambiado la sociedad de modernidad sólida a modernidad líquida.

La danza contemporánea surge como una reacción a la danza clásica, como una necesidad de expresarse más libremente con el cuerpo. Es una clase de danza en la que se busca expresar, como su nombre lo indica, lo contemporáneo, lo actual, lo moderno, lo nuevo. Si bien tiene una técnica, busca siempre innovar y moldearse a la actualidad. Según muchos, en la danza contemporánea “todo vale”.
En sus principios, fue muy criticada por romper con lo establecido como correcto por las formas clásicas. Por ejemplo: en la danza clásica, existe una dramaturgia con principio, clímax y desenlace, mientras que la contemporánea no se manifiesta bajo este formato lineal. No necesariamente cuenta una historia, sino que sugiere una idea. La danza contemporánea puede hablar de un concepto, proponer un ambiente o presentar movimientos con el propósito de conseguir una estética determinada, sin relato, sin una finalidad narrativa. Por otro lado, la danza clásica se construye a través de pasos ya existentes y siempre codificados mientras que la danza contemporánea busca la innovación y la creación de nuevas formas de movimiento de acuerdo con las necesidades del coreógrafo o el intérprete. La danza clásica busca el preciosismo, lo estructurado y perfecto, la conexión con lo etéreo, con lo celestial, lo ideológico, lo divino. La danza contemporánea busca la conexión con lo terrenal, con lo humano y sus pasiones, la no estructura, la espontaneidad, incluso lo improvisado.
Es aquí donde se puede ver las semejanzas con las diferencias entre la modernidad sólida y la modernidad líquida.
En la modernidad sólida, abundan la seguridad, la certeza, lo rígido, lo técnico, lo estructurado, lo preestablecido, lo predecible, lo planificable, lo pensado, lo racionalizado. Así lo vemos en la danza clásica. Movimientos y pasos ya existentes, ya pensados, ya establecidos, ya coreografiados siempre dentro de una misma técnica, combinados de una manera coherente, racional, cohesiva con la música, el ritmo, la emoción, y la trama del relato.
Por el otro lado, en la modernidad líquida, vemos la inseguridad, la fragilidad, la transitoriedad, lo espontáneo, la sorpresa, la fluidez, la rapidez, el difícil pronóstico, lo impredecible, la inestabilidad, el desequilibrio. Y es así como aparece la danza contemporánea. Una alternativa, dispuesta a disolver esa rigidez, dispuesta a desequilibrar al bailarín, dispuesta a hacerlo caer para conectarlo con lo terrenal y lo vivo, sin ir en busca de ninguna entidad celestial, ninguna salvación divina. Dispuesta a innovar y bailar lo inentendible, lo incoherente, lo improvisto, lo blando y lo flexible.

2 comentarios:

  1. Hermosa nota, Luna! Felicito tu registro y tu redacción. Seguí bajo esa línea de investigación!

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  2. Luna que buena nota.Esta buena la comparación que haces con los aspectos de la modernidad solida y los pasos de baile en la danza clásica y como se ve la diferencia que marca la modernidad liquida en la danza contemporánea.

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